Historia de la Ermita de San Prudencio

ERMITAS DE GIPUZKOA
Antxon Aguirre Sorondo
Koldo Lizarralde Elberdin
José Miguel de Barandiaran fundazioa 1993

Ermita de San Prudencio
ESTADO
En culto. Actual parroquia del barrio.
SITUACIÓN GEOGRÁFICA
Se la llama popularmente Proentzioko-ermita. A 100 m. del casco de la villa, en punto de separación de los Caminos Reales que conducían uno a Olaberrla e Idiazabal y otro a Ataun y Navarra.

Coordenadas:
Longitud oriental: 1° 30′ 00″
Latitud septentrional: 43° 01′ 50″
Altitud: 160 m.s.n.m.

ARQUITECTURA Y ARTE
Edificio de planta rectangular, de 24,9 m. de largo y 10 m. de ancho (medidas exteriores). Tejado a dos aguas y ábside a tres. Orientado al E. Un techo común lo une con la antigua casa seroral situada frente a su frontispicio, formando así entre ambas un atrio cubierto. En el muro dere-cho posee tres ventanas y una puerta de acceso hoy tapiada, una sola ventana en el izquierdo. Edificio enlucido exteriormente, de piedra de sillería en los esquinales y piedra vista en el interior. Posee presbiterio trapezoidal y a su derecha una puerta da acceso a una pequeña sacristía con ventana al exterior. Sobre la puerta de entrada del frontispicio, en el tejado, espadaña de hierro forjado con dos campanitas, cruz recruzada y veleta.
El interior mide14 m. de largo y 8,8 m. de ancho, con un arco fajón elíptico que separa la zona del presbiterio, Armaduras de cubierta, con vigas de unión, poste de carga y tornapuntas sobre canes, todo ello a la vista.
Retablo central policromado con cuatro columnas corintias con estrías onduladas y una Imagen de San Prudencio en el centro. Encima, talla de San Antonio Abad o San Antón entre aletas y remates florales. Gran Cristo delante del altar pendiente del techo. Tuvo otro retablo a la derecha con el crucifijo que hoy está encima del altar. A la izquierda un bonito tabernáculo del siglo XVII con imagen de la Virgen del XVI, entre dos santas. En la parte baja, en el centro, bajorrelieve de la Resurrección de Cristo, a la derecha bulto de San Pedro y a la izquierda de Santiago.

HISTORIA
Se decía que fue la primitiva parroquia de la villa. El historiador Murugarren la documenta desde 1479.
En 1564 las Juntas Generales de Guipúzcoa, celebradas en Azpeitia, pidieron el arreglo del Camino Real que hay desde la Ermita de San Prudencio al arroyo de Umarquia.
En 1672 Diego de Lizarralde, escultor de Idiazabal y vecino en esas fechas de Briones (Logroño), realizó un colateral.
A los vecinos correspondía el patronato de esta ermita beneficiada con abundantes capellanías y censos. En 1630 estaba de serora Magdalena de Arza, que entró con 40 duc. de dote. Muere en 1743 la serora Francisca de Olasagasti, y le sucede el ermitaño Juan de Echeverría, quien cedió a la ermita su casa de Ansotegui con sus huertas (estaba situada junto a los caseríos Basavechea y Mendizabal Menor), a condición de que se le hicieran dignos funerales y que a su fallecimiento le reemplazase Josepha de Maíz, su mujer. En 1750 ya habían muerto los dos y se nombra como serora a María Teresa de Chinchurreta. Con el dinero que dio de dote se arreglaron la bóveda y la espadaña, se puso tejado y coro nuevos, se quitaron las ventanas viejas tapiándolas y se abrieron nuevas con cristales. La obra se hizo en auzolan y gran parte de los materiales los regalaron los vecinos. Costó en total 4.549 rs. y 17 mrs.
Se vendió después la casa de Ansotegul y con su producto se construyó la casa seroral pegante a la ermita en 1767.
Isabel de Sarasola dotó 160 duc. para conseguir la seroría en 17647 cantidad que hubo que reintegrarle al suprimirse el cuerpo de seroras de la provincia en 1769, y a falta de liquidez se procedió a vender las propiedades para poder pagarle. A tal fin, fue preciso efectuar el inventario completo de la ermita, que resultó así: tres retablos dorados, dos cálices de plata con sus patenas y cucharas, cinco casillas, cuatro albas con sus ámitos y cíngulos, una sobrepelliz, cinco juegos de corporales con sus bolsas y tafetanes y purificadores, ocho manteles para altares, tres toallas, dos misales, un cartapacio de Santos de España, cuatro pares de candeleras, un cajón con tres cerraduras para guardar los ornamentos, un tapete de seda, una lámpara, cinco capas con sus estolas y mitras para la imagen del santo, un nicho con su cortina, tres frontales de seda para el altar mayor y los de los colaterales, tres cuadros, un confesionario y púlpito, dos campanas en su torre, dos bancos de respaldo, una reliquia en su relicario de plata.
Tampoco faltan pleitos y disputas en la historia de esta ermita. Así. en la festividad del santo de 1618, cuando el vicario de Lazcano D. Francisco de Plaza rezaba con algunos beneficiados las vísperas, irrumpieron D. Francisco de Echeberria, rector de Icazteguieta, y el presbítero D. Juan de Estensoro, quienes ayudados por el alcalde sacaron al oficiante de la ermita entre “cachetes y empuxones y rompiéndole la sobrepelliz’ lo que originó un tumulto entre los asistentes quedando algunos malparados. El problema de fondo era la titularidad de la vicaría de la ermita. Otro conflicto surgió en 1630 a raíz de que la villa vendiese un robledal y unos castaños muy buenos propiedad de la ermita. Tras el pleito se anula la venta y las aguas volvieron a su cauce.
Conoció su última restauración hacia 1976.

CULTO
En 1607 concejo y clero establecieron por acuerdo que en esta ermita se oficiarían tres misas semanales, los martes, viernes y el domingo a las 7 de la mañana, incluida la bendición del agua y el pan. Además se tocaría su campana de Santa Cruz a Santa Cruz (3 mayo a 14 septiembre ante la amenaza de nublados.
En 1730 el papa Benedicto XIII y en 1753 Benedicto XIV concedieron privilegios e indulgencias por espacio de siete años a todos los que visitaran la ermita en el día del Santo, confesando y comulgando, y siempre que hubiesen comprado la cédula anual de la Santa Cruzada.
Hasta la última guerra, Txokolo, su sacristán, postulaba un par de veces al año por los caseríos de la zona con una pequeña talla de un santo (no han podido precisarnos cuál).
Acude la gente a pedir la curación de las afecciones de la piel y de las verrugas (karatxoak). Para ello llevan a casa aceite de su lámpara y dejan como ofrenda aceite nuevo. También se hace frotando con una moneda que luego se echa al cepillo de la ermita. Para una mayor eficacia, algunos frotaban con la moneda untada en el aceite de la lámpara.
Recuérdase aún que recibía ofrenda de plantones de manzanos. Muchos venían desde Rentería y Oyarzun, lo cual denota la amplitud geográfica del culto a San Prudencio.
Hasta 1970. se acudía en rogativas a esta ermita dos veces al año: la víspera de la Ascensión y el día de San Marcos y algunas mujeres se reunían por su cuenta, los domingos por la tarde a rezar un rosario.
Desde finales de los sesenta, hay misa las vísperas de precepto a las 8 de la tarde y los festivos a las 10 y a las 11:30 de la mañana. También se celebran en ella bautizos y muchas bodas.

FIESTAS
Lazkao tiene como patrón a San Prudencio. Por costumbre perdida en los años sesenta, la víspera de su festividad las madres visitaban con sus hijos al santo. El día de su fiesta (28 de abril), se marchaba a la ermita en solemne procesión presidida por autoridades civiles y religiosas, y tras la misa se daba a los asistentes vino y galletas (para los hombres vino blanco y para las mujeres vino dulce); luego, se volvía de igual forma. Hoy se hace misa y se invita a un hamaiketako a base de pan con chorizo o queso, y vino. Las fiestas populares se celebran en el centro urbano.
INFORMANTES
Juanita Ayestaran Bengoa, de 66 años, del caserío San Prudencio, actual serora (28-XI-93).

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